FCC Construcción S.A.    |    Mayo 2020

Las obras del “Proyecto de Ampliación del Puerto de Playa Blanca”, situado en la parte sur de la isla de Lanzarote, tienen por finalidad ganar una zona de dominio público marítimo terrestre adyacente al puerto existente en sus flancos Oeste y Sur, hasta la batimétrica de los 17 metros, obteniendo así una nueva superficie de aguas abrigadas de 38.000 m².
La ejecución de la obra tiene condicionantes ambientales relacionados con la evaluación y control de la especie de fanerógama marina Cymodocea nodosa, que es una especie protegida en Canarias, con la categoría de vulnerable.
Para evitar la afección a los sebadales y controlar en todo momento el posible impacto de la obra sobre los mismos, desde la fase preoperacional se establecieron unos transectos y puntos de control, donde periódicamente se miden dos parámetros biométricos: el número de haces de Cymonodea nodosa por metro cuadrado y la longitud, en centímetros, de sus hojas. Además, también se realizan vídeos con filmación de transectos por cámara remolcada. Todo ello permite estudiar la evolución de los parches de sebadal y su posible afección por las obras.
Cada tres meses se realiza una campaña de muestreo y se emite un informe de seguimiento con los resultados de la misma, especificando los datos biométricos para todos los puntos de muestreo.
Aunque las campañas trimestrales de muestreo en las fases de obra muestran un descenso de los datos biométricos de promedio del número de haces en 625 cm² y promedio de altura foliar de Cymonodea nodosa, el seguimiento muestra que la variación de los datos en los mismos rangos temporales respecto a los valores naturales en fase preoperacional es inferior al 10%.
En el caso concreto del sebadal afectado por las obras, nos encontramos además con otro factor, en este caso natural, que afecta negativamente a la fanerógama, la presencia de cianobacterias (Lyngbya majuscula). Es por ello que entre las acciones de control y vigilancia se ha incluido el seguimiento de la población de cianobacterias, con el objetivo de determinar si las acciones derivadas de la realización de las obras favorecen su desarrollo y consecuentemente establecer medidas que minimicen dicha afectación negativa.

Asimismo, para asegurar la calidad del agua marina, se ha instalado una barrera antiturbidez (geotextil) en la zona de la obra y se toman muestras de agua y sedimentos mensualmente en cinco puntos de muestreo. Cabe destacar que los niveles de microorganismos detectados en las muestras de agua no superan los límites establecidos en la normativa para las aguas de baño, permitiendo clasificar las mismas como aguas de calidad excelente. Se detecta una tendencia similar para las muestras de sedimentos.