Universidad Miguel Hernández de Elche | Noviembre 2019
Las personas con discapacidad intelectual presentan grandes problemas de empleabilidad, debido a factores limitantes como la incapacidad para organizar tareas encomendadas, potencial baja productividad, insuficiente formación técnica para desarrollar su trabajo, falta de autonomía/independencia en actividades laborales, problemas de comunicación, falta de fomento de buen clima laboral, dificultad para integrarse en un grupo de compañeros de trabajo, falta de responsabilidad, falta de puntualidad o una posible baja motivación para afrontar tareas diarias.
La Oficina Internacional del Trabajo especifica que la empleabilidad se construye sobre las competencias desarrolladas mediante habilidades técnicas (hard skills), que se requieren para desempeñar tareas o funciones especiales y certificadas oficialmente, y las competencias blandas (soft skills), fundamentales para el aprendizaje permanente y destacando Aprender a aprender, Comunicación, Trabajo en equipo, y Resolución de problemas. Su desarrollo es vital tanto para acceder al empleo remunerado y mantenerlo como ayudar a personas con discapacidad intelectual límite (DIL) a aprender habilidades transferibles que les ayuden a tener más confianza al en su comunidad local. Cuando se trata de desarrollar y perfeccionar habilidades sociales, los deportes colectivos parecen ser una buena opción al fomentar liderazgo, trabajo en equipo, comunicación, confianza, lidiar con la autoridad o conflictos, concentración, sentido de identidad, seguimiento de las reglas, empatía y autodisciplina; habilidades que, una vez adquiridas, permanecen con los jóvenes estudiantes a lo largo de su vida profesional y personal.
No obstante, cuando trabajamos con personas con DIL, emplear deportes colectivos para el trabajo de estas competencias blandas puede no ser adecuado, ya que los aspectos teórico-tácticos pueden estar condicionados por patrones motrices y una capacidad táctica más limitados. Recomendamos pues usar tareas lúdicas con objetivos precisos donde la habilidad motriz, para realizar cualquier tipo de tarea, no sea un elemento limitante para la consecución del éxito en la misma.
Dentro del Cátedra de Empleabilidad Tempe-APSA de la Universidad Miguel Hernández de Elche, la Actividad Física Aplicada (AFA) es una asignatura independiente de 80h, con contenidos teóricos y prácticos. Las clases teóricas abordan aspectos fundamentales para este estudiantado como: i) alimentación; ii) nuevas tecnologías; iii) hábitos saludables de actividad física y; iv) control postural. Las sesiones prácticas están enfocadas a trabajar competencias blandas más específicas del perfil técnico en el que se están formando (i.e. auxiliar de tienda o auxiliar de oficina), además de trabajar contenidos generales de otras asignaturas como el uso de vocabulario en inglés.
Se persigue realizar actividades adicionales encaminadas a la inclusión social y laboral del estudiantado. Por ejemplo, se organizan actividades deportivas con la comunidad universitaria donde estudiantes universitarios participan en una actividad dirigida como puede ser Judo, Kárate o Zumba con los estudiantes de la Cátedra. Se organizan también sesiones de convivencia con trabajadores de empresas donde el estudiantado de la Cátedra realizará sus prácticas formativas, fomentando la sensibilización de los trabajadores a la vez que los estudiantes desarrollan habilidades para relacionarse con sus futuros compañeros de trabajo.
Tres ediciones han egresado 39 estudiantes con DIL, con una tasa de inserción laboral entorno al 30%.
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